Salvación.

Aún puedo sentirlo. El dolor, la desesperación. Creía que era mi amigo. Creía que me había portado siempre bien, como el quería. Pero entonces... entonces voces, golpes y esa cadena. Esa cadena fría, punzante. Un viaje eterno a un lugar desconocido. Más golpes, más gritos y entonces ocurrió. Me rodeó el cuello con la cadena y me dejo colgando de aquella valla metálica. la cadena se me iba clavando más y más alrededor del cuello. la sangre empezaba a brotar. Ya me había rendido. Iba a morir allí colgada... Entonces ocurrió un milagro. Unas personas me vieron y corrieron a ayudarme. Intenté defenderme por instinto y miedo. Sus caras horrorizadas al verme hicieron que me temiera lo peor. Me llevaron a un lugar con otros muchos perros como yo. Ahí hablaron de sacrificarme, de que era demasiado tarde, pero una mujer se negó. Se ofreció a cuidarme "hasta que apareciese mi dueño" pero yo sabía que eso nunca iba a pasar. 

Los primeros días fueron horribles. El dolor era insoportable, no quería comer ni beber. Pero ella tuvo tanta paciencia conmigo... Eventualmente la dejé acercarse a mí, y al poco vinieron otras personas a curarme, ella nunca se alejó. Así pasaron varias semanas, cada día me fui encontrando mejor y mejor. Llegaron un día para volver a llevarme al lugar lleno de perros. Pero esa mujer me abrazó, y lloró. Y yo lloré con ella. Las otras personas accedieron a dejarla quedarse conmigo. Y a día de hoy soy inmensamente feliz.

Esta historia ficticia esta inspirada en un caso de abandono animal real, en España es un grandísimo problema. Tan sólo el año pasado se estima que se abandonaron casi trescientos mil animales. Un animal es una responsabilidad. Un animal es un miembro más de la familia. No tengas animales si no estas preparado para ello. No compres, adopta.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Noche.

Salud.